La Patagonia es inagotable. Se fusionan de manera perfecta lagos, ríos, montañas, bosques, valles y la estepa infinita. Existe continuidad en el majestuoso horizonte donde se conjugan colores, vistas, sensaciones, sabores, sonidos…. Es el contacto con la naturaleza llevado a su máxima expresión.

Estepa inconmensurable

Río Gallegos nos despidió sin sol, pero la salida por la Ruta 3 abría un abanico de sensaciones encontradas: un constante titubeo entre el interior de la Patagonia y la costa. Nuevamente el asfalto y la compañía incesante del viento.

La expectativa es grande, la vuelta a casa por otro paisaje que ya es propio, la meseta patagónica pero ahora acariciada por el Atlántico… la Ruta Azul.

Todo es igual, todo diferente. Entrar en la estepa inconmensurable, agreste, desolada es caminar la Patagonia emocional, esa que se instala bajo la piel.

La ruta ofrece el primer regalo en Güer Aike: una pequeña aguada con cisnes cuello negro, a lo lejos correteando grupos de ñandúes y el camino a la estancia donde disfrutan a pleno quienes aman la pesca brown trout

Aparece el compañero fiel, el incesante viento. El auto devora kilómetros.

Una parte de nuestro corazón quedó en la montaña al oeste, ahora nos cortejará el mar con su voz y caricias. 

Güer Aike, paraíso de cisnes cuello negro….