Dicen que cuando se sueña algo con mucha fuerza se cumple…. La ilusión de ir a la Antártida estaba dentro de nosotras… quizás de tanto enseñar su localización en un mapa muchas veces nos vimos allí!

Y el deseo lo lanzamos al universo como si fuese una botella en el mar con el pedido más profundo… recorrer esa partecita del continente blanco donde ondea nuestra bandera.

Un día, sin esperarlo, la oportunidad llamó invitando a realizar el viaje más esperado, ir al continente del silencio, el continente blanco.

Llegó el día ansiado. El Palomar por la madrugada se teñía de sombras extrañas. Era el escenario que anticipaba la emoción de la aventura, las ansias de saber que faltaba poco.

La salida del sol aceleraba la emoción, faltaba poco.

Contra el cielo se recortaba una gran silueta… Allí estaba el Hércules, historia de los cielos… Viaja a Marambio, estuvo en Malvinas, transporta dotaciones en las misiones humanitarias. Y esperaba por nosotras en la pista!!! Parecía cansado, hasta que encendió sus motores…. Rugió!, Tiene vida! Siente! Vibra!

Avión Hércules, historia de los cielos, ¡nos espera en la pista!

La espera por subir y conocerlo por dentro anudó el estómago. Y la orden llegó: ¡Arriba! ¡A embarcar!, ¡Nos vamos!!!

La escalerilla permitía asomar en sus entrañas. 

Uno se siente paracaidista en esos lugares entretejidos en rojo. El sonido de los motores es fortísimo. Se grita para comunicarse, un poco por el ruido pero más por la emoción de vivirlo.

Todo se disfrutaba, los rostros de los científicos, los comentarios de los pilotos españoles que estaban aprendiendo de los nuestros, las miradas casi cómplices de quienes conocían el avión de tanto volar con él.

  Despegamos…. El sonido del corazón superaba al de los motores… iíbamos a Río Gallegos.. y de allí a Marambio.

El Hércules acariciaba la costa del país que se recuesta suavemente por momentos, o se recorta abruptamente en otros, sobre el Mar Argentino,

Es el ‘borde’ del país…. El color de la tierra lleva a buscar carreteras, ciudades, algo que indique la vida…. Impresionante la Argentina desde el Mar. La extensión del país…. Apabulla…

El Mar Argentino que acaricia el “borde” del país

Aterrizaje en Río Gallegos, pasar por la Terminal de Pasajeros del Comando de Operaciones Aéreas de la División de Asuntos Antárticos. Ver un video sobre las acciones a seguir una vez se pise suelo en Marambio… PISAR SUELO EN ANTÁRTIDA!!!  Entregan el “bolso de cruce”, allí está el equipo para resistir el frío, el viento.

Esperando  la partida hacia la Antártica en Río Gallegos

    El tiempo pasa, el cielo no anuncia buenos aires, las nubes ocultan al sol… nos quedaremos en el continente hasta que en la Base Marambio haga frío!

Nos acaban de anunciar que para poder aterrizar allí la pista debe estar congelada, el calor dificulta el aterrizaje, hacen 3º en la Base, volaremos a la madrugada….

Plena noche, los sonidos del Hércules aceleran el pulso. Debemos partir, es el momento. Llega la hora, madrugada, nuestro vuelo comienza a la una de la mañana…

Íbamos donde pocos han llegado, donde aún hoy se respira aire puro, los animales no temen y el hombre es pequeño…. Antártida. Único, inolvidable e irrepetible.

Al aparece el sol el paisaje te quita el aliento, los ‘trozos’ de hielo que se desprenden intentando navegar hacia el norte nos avisaban que estábamos en camino. El cielo era claro, desde la altura las montañas se desdibujaban bajo el manto de la nieve y sus ásperas cimas se suavizaban. La inmensidad enmudecía la voz, aquietaba el espíritu, y agrandaba el alma. 

Aparece el sol …. los trozos de hielo desprendido del continente navegan, se agranda el alma, estamos  sobre Antártida

Todo permanecerá dentro nuestro mucho tiempo después de haberlo vivido… y será sentirlo nuevamente como aquél día.

Aterrizábamos y mucha gente esperaba el arribo, el avión es el puente entre dos mundos. Una larga fila de rostros cansados, teñidos de sol esperaban para volver..

Pisamos suelo antártico, el viento apenas susurraba permitiendo escuchar el impresionante silencio.

Tuvimos el privilegio de llegar a uno de los lugares más difíciles, inhóspitos, hermosos y mágicos del planeta.  Quizás allí uno comienza a entender qué es lo perdurable…. al perderse la mirada en el blanco….

 

El continente del silencio, el continente blanco, un lugar mágico

Todo cambió desde ese viaje.. el amor por nuestra Patria se acrecentó al ver esos hombres y mujeres sosteniendo la soberanía, las nociones de tiempo.. dependía de él y no de nosotros cuándo cruzaríamos, la distancia…. lo lejos que están de sus familias, amigos, afectos todos y cada uno de los que allí trabajan…

Cada momento, cada imagen, cada vuelo de la Bandera ondeando en ese cielo era único…. Un abrazo nos unió bajo el cartel que rezaba… FUERZA ÁREA ARGENTINA ANTÁRTIDA ARGENTINA BIENVENIDOS….

Con un abrazo, sin palabras, comprendimos  el desafío que nacía allí  CONOCER NUESTRO PAÍS

Dicen que a la Antártida se llega sin conocerla y se la deja llevando parte de ella dentro del alma,eso reza el cartel en el comedor de la base: “Cuando llegaste apenas me conocías, pero cuando te vayas, me llevarás contigo”.

Cuando la dejamos, el silencio se instaló en los corazones, no existían palabras para poder expresar lo que ocurría dentro del alma, valió la pena la espera de años por cumplir este sueño. Casi existía un dejo de tristeza por volver, pero sabíamos que hemos vivido una experiencia insuperable, conmovedora…

Y generadora…. Una vez en el continente supimos que nacía desafiando rutas, que romperíamos mitos….

Habíamos llegado lo más al sur que nos era posible, ahora debíamos conocer el país…. Desde ‘abajo’ hacia ‘arriba’… desde el punto más austral que podíamos, desde Marambio al norte… Necesitábamos recorrer cada tramo de su suelo, cada ruta que apareciera o al menos… la mayor cantidad de ellas…  

Acompáñennos en el recorrido… la intención es que se atrevan… 

SIEMPRE SE PUEDE.