Desafiando Rutas

DESDE MENDOZA ROMPIENDO MITOS

Viajar…. Viajar supone conocer lugares, paisajes, culturas…. Conocer bastante no es lo suficiente. De los Andes al Atlántico, de Bolivia al Polo Sur… muchos escenarios con vistas insuperables que asombran, diversos climas para elegir, arquitectura que transporta al pasado, comidas impensadas, cafés escondidos, museos que resguardan obras de famosos, obras de teatro innumerables…. Playas, sol, arena, ciudades, puertos, montañas, selvas, sierras, volcanes, reservas, lagos, glaciares, parques nacionales, fósiles… Cada lugar de nuestra Patria Argentina es maravilloso, lleno de sorpresas, desafío permanente para transitar los caminos que recorren el país… Argentina es un contraste de colores: sus playas y desiertos, selvas y planicies, nieves y montañas, costas y deltas, ciudades enormes y pueblos casi perdidos… No existen límites para la acción y la aventura…. Tierra bendecida por la mirada de Dios. Tuvimos la fortuna de poder viajar… comenzamos por la aventura más sorprendente: conocer la Antártida Argentina…. Somos mujeres, mujeres con la intención, voluntad, el deseo y la decisión de conocer nuestra Patria. Algunos dirán que se nos dio tarde la oportunidad, a nuestra edad!!! Nosotras creemos que fue en el momento justo….. el ahora.

Despertar de los Sentidos

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Transitando los primeros kilómetros de Bariloche uno se da cuenta que la inmensidad del Nahuel Huapi.
Los colores imprimen el ingreso, sobre la derecha, al pie de la cordillera, con el marco de los marrones, añiles, grises y blancos sumados a las flores que tiñen la primavera, retamas, tulipanes, compiten en color y belleza, sobre la izquierda se despliega el azul marino insondable del lago.


La inmensidad del Nahuel Huapi asombra. San Carlos de Bariloche recibe al visitante con el celeste de su cielo casi confundido con el azul del lago.
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La ciudad es un crisol de razas y lugar de encuentro de culturas lejanas, antaño: zona de explotación agrícola y al ser descubierta y visitada por turistas atraídos por el paisaje, el deporte invernal, los habitantes comenzaron el cambio convirtiéndose en eminentemente turísticos.
El circuito Chico lleva al Hotel Llao Llao, la Capilla San Eduardo, joya arquitectónica regional, Puerto Pañuelo (se incendió el 27/11/09 totalmente),
Caminar por los senderos el circuito, entre alerces, lengas, tacuaras lleva hasta el Puente Romano.
El atajo al Lago Escondido, donde el guía casi siempre es un gran perro, lleva a observar una hermosura de espejo en el cual se refleja la vegetación costera y el cielo produciendo un clima ensoñador.
Recorrer entre el follaje tupido, mientras caen gotas atrasadas de la lluvia de la mañana, es una experiencia agradable, se despiertan los sentidos… el olor de la tierra mojada se mezcla con el de las flores. El suave viento acuna con ritmo el follaje.
Queda la recorrida por el centro cívico, con su estilo arquitectónico propio.
La pasión por la 40 llama, actualmente, forman parte de ella la ruta RN 237 (desde Collon Cura) y la ruta 258. La mítica amiga se diluye en los nombres y trazados de rutas provinciales que aprovecharon su diseño, hay largos tramos de tierra de la vieja ruta casi abandonada.
Ir por el viejo trazado es transitar por Pilcaniyeu, casi fantasma salvo por las instalaciones de la Central Nuclear (allí se puede producir uranio enriquecido), Las Bayas y El Maitén. Este camino sólo es usado por los habitantes del lugar.
Seguir por la ex RN 258, hoy nueva 40, rumbo al Lago Mascardi, uno de los lagos patagónicos más impactantes en belleza, con forma de herradura, confina la laguna Llum y brinda sorprendentes espectáculos: el cerro Tronador, el Catedral, en vistas de increíble majestuosidad.
 Uno tras otro se suceden los paisajes impactantes, bordear el lago Guillelmo permite entrar por un valle longitudinal extenso escoltado por altos picos cordilleranos.
El cruce del puente sobre el río Villegas es la salida del Parque Nacional Nahuel Huapi, se transita por la ribera del río Manso.
Aparece la pequeña y pintoresca población de El Foyel.
La perspectiva impacta: hacia el sur el cerro Fortaleza, hacia el norte los picos del Catedral y hacia el este el cordón Serrucho. Después de El Foyel, el camino desciende en zigzag, con curvas muy cerradas. Hay que tener precaución.
Llegada a El Bolsón, última localidad de Río Negro, límite sudoeste con Chubut.
Entrar y recorrer El Bolsón imprime un signo en el espíritu. Llueve, sin embargo el particular perfil de este valle transmite un efecto acogedor.
Montañas al alcance de todos. Una excursión para realizar es el paseo por el Bosque Tallado: obras monumentales talladas sobre troncos secos, a 1.400 m sobre el nivel del mar, únicas en el mundo.
A partir de El Bolsón el combustible es más barato, un 30% menos. 

Sensación de aguas profundas.. Día de oleaje y viento

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