Transitando los primeros kilómetros de Bariloche uno se da cuenta que la inmensidad del Nahuel Huapi.

Los colores imprimen el ingreso, sobre la derecha, al pie de la cordillera, con el marco de los marrones, añiles, grises y blancos sumados a las flores que tiñen la primavera, retamas, tulipanes, compiten en color y belleza, sobre la izquierda se despliega el azul marino insondable del lago.

La inmensidad del Nahuel Huapi asombra. San Carlos de Bariloche recibe al visitante con el celeste de su cielo casi confundido con el azul del lago.

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La ruta pasa por Collón Cura, paraíso de la pesca. Recorreremos la ‘Ruta de los siete lagos’ que une las localidades de San Martín de los Andes y Villa La Angostura. Es la principal zona turística de la región, conocida internacionalmente por sus paisajes de una belleza sin par y miradores panorámicos naturales, atravesando en su recorrido, los Parques Nacionales Lanín y Nahuel Huapi

Son más de 7 lagos los que se observan sin desviarse por los senderos laterales: Lacar, Machónico, Falkner, Villarino, Escondido, Correntoso, Espejo y Nahuel Huapi.

Al partir de San Martín de los Andes, se bordea el Lacar que acompaña los primeros kilómetros.

Va y vuelve, hasta alejarse definitivamente. Ya en el camino, la cordillera se extiende y la frondosidad de cipreses se abre paso entre las piedras.

 La carretera traza curvas que juegan, el viento, la lluvia y copos de nieve se deslizan suavemente.

La Cascada Vullignanco, postal inevitable en la ruta de los siete lagos. Puerta al Parque Nacional Nahuel Huapi. Muestra la maravillosa fuerza de la naturaleza. Es un salto de más de 20 metros que se parte entre las rocas y forma dos mantos.

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