Lo espectacular ante los ojos

La soleada mañana anuncia una jornada casi única para recorrer el Parque Nacional Los Glaciares. Teatro de montañas, ríos, lagos, bosques, cordillera y glaciares únicos en hermosura. Uno de los sitios más visitados por el turismo extranjero.

Estallido de colores: azules montañas con blancas pinceladas de nieve, verde el agua, árboles del verde al canela, rojos sangre en flores… Parque Nacional Los Glaciares.

El acceso al Parque, rodeado de cumbres nevadas y bosques de lengas y ñires, anuncia parte de la magia por ver. Si uno quiere disfrutar del aire puro y el sonido del silencio, éste es el lugar. La naturaleza virgen trasmite paz.

Curva de los suspiros… sólo sentir desde lo más profundo el ahogado grito que se escapa como un suspiro ante el espectáculo sorprendente: la inmensidad de la hermosura hecha hielo.

Pequeños ante la inmensidad del hielo.

Aparece el coloso. El murmullo de sorpresa mezclada con el hechizo aplaca el silencio El glaciar está vivo, se mueve, pareciera que saluda a quienes lo observan regalando inmensos bloques de hielo que se desprenden de sus entrañas. El estruendo en esos momentos es recóndito y conmovedor. El Canal de los Témpanos recoge los fragmentos acunándolos en sus aguas y comienzan a navegar cadenciosamente.

Sigilosamente se arriesga a tocar la tierra sobre el río…. La boca de la caverna del puente se oscurece ocultando misterios de antaño.

Imponencia total, asombra y extraña el milagro que produce al desgajarse en gigantescos bloques de su frente de 5km que sobrepasa los 60 m sobre el agua y originan una resonancia parecida a un trueno que disimula las voces de los visitantes para después escuchar el ahhh!!!! sofocado que derrama la sorpresa.

Navegar las aguas para acercarse a la pared es una experiencia apasionante, es el único en el mundo donde se puede ver de frente un glaciar.

Viaje de asombros, Bahía de las Sombras es el punto de partida para la navegación a la pared sur

Se mueve, habla… sus palabras retumban como truenos… al caer salpica de felicidad a los espectadores

Callar, observar, escuchar, mirar

Faltan palabras, sobran paisajes, colores, sonidos y silencios. Dios se quedó dormido en la zona y se le cayeron las bellezas de su bolso, no existe otra explicación.

Recorrer las pasarelas, escuchar los idiomas que se unen en la admiración, compartir un café frente al gigante de hielo es maravilloso. El alma aquieta sus ecos para escuchar la voz del dueño del parque.

Navegar desde Bahía de las Sombras es increíble, la cercanía con el glaciar permite observar las marcas en la tierra de sus avances.

Verlo romper emociona a las lágrimas….

Todo es distinto en el regreso. Sobran las palabras. Los flamencos son manchas rosadas en el marrón al recorrer kilómetros.

Impávidos ante el espectáculo de los alrededores, los flamencos no se inmutan ante el sonido de las visitas

Surge Puerto Banderas, destacamento de la Prefectura Naval Argentina a 45 km de El Calafate, desde allí parten las embarcaciones que navegan el Lago Argentino en su brazo norte: excursiones a los glaciares Upsala, Spegazzini y Onelli hacen la delicia de los afortunados en subir a bordo, pero debido a la gran cantidad de témpanos no se puede bajar en la Bahía Onelli para caminar y acercarse al glaciar.

Puerto Bandera, apostadero de partida para ir al brazo norte del Lago disfrutando: Upsala, Onelli y Spegazzini.

Sin embargo nada opaca el colorido especial de los trozos de hielo que flotan dando tonos desde el blanco intenso al azul profundo con toques aguamarinas y turquesas. Las manchas oscuras en el centro son morenas frontales

Espacio de hechizos, magia, que interrumpe su silencio sólo para avisar que breves trozos se deshielan de la enorme mole para recorrer las aguas del lago, algunas llegan a orillas de El Calafate

 Día apasionante, los ojos cargados de colores cual paleta de pintor impresionista, los oídos con los acordes del hielo al romper… fin de la jornada.